De los autos de hidrógeno y el síndrome de Galápagos

Hola, siéntense conmigo, les cuento algo de futuro y otro poco de historia.

Unos meses atrás, la fabricante Toyota anunció que había encontrado el nombre para el automóvil que usa como combustible el hidrógeno y que ya se está vendiendo desde el primer día de enero de 2015.
A días de que se inicien las ventas, uno de los medios influyentes, Japan Today, se preguntaba si este inminente y evidente salto histórico podrá contagiarse del Síndrome de Galápagos. Pero, ¿es que tiene algún relación el archipiélago ecuatoriano con el desarrollo de vehículos libres de contaminación?
Hay varias respuestas pero, de plano, la más clara es un “japonismo”: un comentario que se entiende solamente en Japón y solamente si se conocen los antecedentes, que están a continuación.
Mirai, traducida al español esta palabra japonesa significa “futuro” y es el nombre con el que se ha bautizado al primer vehículo que es fabricado en serie, que está de venta abierta y que utiliza como combustible el hidrógeno.
La casa Toyota volvió a sorprender al mundo. En 1997 comenzó a producir en serie el primer vehículo que combina el combustible fósil (gasolina o diesel) y la electricidad. Los japoneses lograron convertir el frenado de un automóvil en electricidad que se almacena en baterías. Depende del nivel de exigencia, el motor puede funcionar solo con electricidad o solo con gasolina.
Estos vehículos híbridos, sin embargo, ejercían un impacto tímido sobre la reducción de las emisiones de contaminación. Uno de los problemas graves es que no lograron tener un precio atractivo para reemplazar a los coches de combustibles fósiles. De hecho, en muchas marcas, los híbridos están en la parte más alta del rango de precios.
Por las vías del mundo caminan un billón de vehículos, el 95% tienen motores térmicos. Por sus escapes se emiten millones de toneladas anuales de contaminantes y no hay a la vista ninguna otra solución que no sea volver viable la locomoción que utiliza hidrógeno.
Lo que sucede en el motor del Toyota Mirai es que se mezcla el hidrógeno con el oxígeno y eso produce electricidad que es la que mueve el motor pero, sobre todo, la mayor ventaja es que la generación de movimiento solamente produce vapor de agua, en vez de los gases de efecto invernadero.
El fabricante japonés espera vender 700 de estos automóviles hasta finales de 2015 (400 en Japón) e irá evaluando como modifica la producción. Su competidor Honda ha anunciado que pondrá en el mercado su FCV Concept en 2016.
Por ahora, el Mirai puede recorrer 650 kilómetros con un depósito de hidrógeno que tarda en recargarse por completo unos 3 minutos. El precio recomendado de venta está apenas por encima de los USD 60.000 pero se espera una ayuda gubernamental por la no emisión de contaminantes, por lo que el costo final que se paga es USD 43.000.
El hidrógeno (H2) está en el planeta Tierra en cantidades ilimitadas, pero no como un elemento independiente. Por tanto, todavía no se resuelve convenientemente cómo lograr bajar el costo de producción del hidrógeno (es una electrolisis básica) que por ahora no es suficientemente convincente y, sobre todo, la producción del combustible sí contamina. No en grandes cantidades, pero lo hace.
Ya está cerca el momento de encontrar la relación de estos vehículos y las islas Galápagos. Japan Today (el artículo completo se puede leer aquí) deja en claro las siguientes preocupaciones:
En cuanto a eficiencia, el Prius consigue 35 kilómetros por litro y el Mirai 140 kilómetros por la cantidad equivalente de combustible. Otro factor es el costo: por cada yen de combustible, el auto más eficiente en uso de combustibles, el Prius, camina 0,25 kilómetros; el Mirai 0,14 kilómetros y, para completar la comparación, el Honda Civic 0,9 kilómetros por cada yen de combustible.
Es determinante el precio del vehículo: algo más de USD 21.000 el Prius, los USD 43.000 que se ha dicho del Mirai y un poco más allá de los USD 30.000 el Honda. El tema final es el de las estaciones de servicio. En Japón no existen más de 10 “hidrogeneras” y Honda anuncia que venderá sistemas caseros de carga.
Ahora bien, aparecen en escena las islas encantadas: En Japón se nombra Síndrome de Galápagos al desarrollo asilado de un producto en Japón pero que puede ser importante para todo el mundo.
Sobra decir que el científico alemán Charles Darwin elaboró la teoría de la evolución de las especies en base de la observación de la naturaleza de las islas Galápagos, un archipiélago aislado en donde sucede la evolución.
Japón es otro archipiélago y es aislado en cuanto a la producción de tecnología que significa una gran evolución pero que no tiene un impacto popular. El ejemplo más claro sucedió cuando desarrolló teléfonos celulares de tercera generación, que eran mucho mejores que los anteriores, muy populares en el Japón pero poco prácticos fuera del archipiélago.Para abundar: "Los celulares japoneses son como las especies endémicas que Darwin encontró en las islas Galápagos, increíblemente evolucionadas y completamente diferentes de sus primos continentales”, explicó el profesor de la Universidad de Tokio, Takeshi Natsuno, en una entrevista al New York Times. Agregó que "los teléfonos japoneses sufren del síndrome de Galápagos, son muy complejos para ser usados en otras partes".
En las redes sociales locales se teme que este automóvil sea un salto radical en evolución pero que, al final del día, solo sea una novedad en el archipiélago nipón.

Espero comentar con ustedes en el futuro sobre los resultados. Hasta tanto.

P.D.: (El video oficial del automóvil se puede mirar aquí, en inglés)

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